Una de las premisas que menos se entienden en una actividad de constelaciones familiares y sistémicas es la de tomar a los padres. En un primer momento muchos entienden este proceso como el de aceptar incondicionamente a nuestros progenitores tal y como son, sin pretender imaginarlos de forma distinta, sin rechazar o querer cambiar nada de lo que nos han mostrado, enseñado o dado. Por supuesto, la aceptación forma parte del proceso de tomar pero no se queda ahi, sino que se extiende en movimiento interno que nos lleva al deshacimiento de creencias y memorias que residen en nuestro subconsciente y que en definitiva nos dan una identidad y una pertenencia en el Mundo.
El movimiento de tomar a los padres es en cierta forma un simbolismo que te muestra como desde el alma son los hijos quienes deben de solucionar y resolver las memorias emocionales que han heredado de su sistema familiar a través de la madre y el padre, aceptándo que estas residen en su subconsciente y que determinan la acción y sentido de sus actos en el mundo. Si analizaramos los contenidos de nuestra experiencia en nuestra vida, podriamos facilmente darnos cuenta de cuantas veces hemos sido leales a formas de pensar, de sentir, de hablar o de actuar que ya han sido manifestadas antes por nuestros progenitores y/o por otros miembros de nuestro sistema familiar. También, de igual forma, podemos hacernos conscientes de cuantas veces estamos ¨reparando¨ una información de nuestro sistema, por el simple echo de manifestarla desde una polaridad contraria. Para poner un ejemplo, muchas veces se observa en constalaciones que el deseo de crecer profesionamente anteponiéndolo al deseo de tener hijos está directamente condicionado por una ¨reparación¨ que trata de compensar el destino de otros ancestros que no pudieron desarrollarse profesionalmente ni vocacionalmente y que optaron por dedicarse a crear y cuidar una familia propia. Evidentemente el término ¨reparar¨no indica que se esté eligiendo un camino mejor que el que otros eleigieron antes, sino que se está tratando de resolver el sentimiento de ¨culpa¨que en anteriores generaciones ocasionó el no poder ser libre para decidir el propio destino a seguir.
Por lo tanto, tomar a los padres nos lleva al corazón de la palabra misma ¨tomar¨, la cual nos invita a permitir que el contenido psicoemocional de todas las memorias y creencias heredadas impacte en nuestro vida, en nuestra experiencia vital, en nuestros sentidos y en nuestro cuerpo. Solo asi puedo realmente elegir como percibir esa información y actuar desde mi libre albedrio. Bert Hellinger era muy claro cuando hablaba del destino personal. ¨Sin los padres en el corazón no puede haber destino¨, y ciertamente es asi. No estoy mirando hacia mi destino sino he trascendido el cotenido psicoemocional de la mente familiar, tan solo seguiré reptiendo patrones o escondiéndome de ellos para no afrontar lo que pudieran deparar a mi vida, y por lo tanto tenderé a polarizarme y evitar caer en ciertas circunstancias catalogadas como trágicas o traumáticas por mi ego.
Una cosa quiero dejar clara, tomar a los padres nos es algo que elgimos hacer, sino que es algo que sucede con la vida misma, la única libertad que tenemos es elegir si deseamos hacerlo consciente o inconscientemente. Muchos eligen lo segundo porque ni siquiera se percatan de este movimiento en sus vidas y creen más en el azar que en un deseo de trascendencia, Pero aquellos que eligen conscientemente tienen una oportunidad creativa que puede llevarles a la toma de consciencia del verdadero propósito al encarnar en este plano. Una oportuidad de elegir entre el miedo o el amor, entre la Verdad o las ilusiones, entre seguir soñando o despertar. En una próxima entrada hablaré de esta elección libre que siempre estamos tomando aunque no nos demos cuenta.
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